El beneficiado como ya se menciono será en forma directa las reclusas de las cárceles de mujeres, lo que indirectamente se traduce en un beneficio a la sociedad puesto que se consigue disminuir la reincidencia en delitos por parte de estas. además proyectos de este tipo son de gran beneficio para las cárceles ya que actualmente disponen sobrepoblación de presos y este tipo de capacitación que disminuye la reincidencia, que ligado por supuesto a políticas para la diminución de la delincuencia, se traduce en la diminución de de presos, además producto de la venta de caracoles, se recupera la inversión inicial, se mantienen los talleres activos y se financian ampliaciones de este, además parte de las ganancias pueden ser utilizados para palear los gastos de la cárcel o en beneficios de otros talleres con que cuenta la cárcel. Por supuesto los productores asociados también se benefician de este proyecto, ya que representa para ellos una buena oportunidad para abastecerse de caracoles y exportarlos, pudiendo así satisfacer una mayor demanda.
Por supuesto el principal objetivo es el benéfico asociado a las mujeres que se encuentran cumpliendo condena, por lo que se describirá en mayor detalle el perfil de las reclusas.
En Chile el número de mujeres recluidas en las cárceles supera las dos mil reclusas, representando un 3 por ciento del universo penal y sufren, al igual que los hombres, de sobrepoblación en los penales y de precarias condiciones de vida.
Alrededor de un 60 por ciento de las reas están procesadas por tenencia y tráfico de sustancias ilícitas. Es decir la mayoría de estas mujeres son mujeres de escasos recursos que caen en la venta de drogas a pequeña escala como marihuana y “pasta base”, un derivado barato de la cocaína, producto de sus precarias condiciones económicas y sociales.
El segundo delito de mayor ocurrencia entre las mujeres es el hurto y el tercero, el robo con intimidación.
Dado que el en su mayoría son madres de familia, y deben de sostenerla, resulta fácil deducir la necesidad de de contar con un trabajo cuando hayan cumplido su condena. Y la necesidad además de una capacitación que les permita realizar este trabajo, puesto que en general son mujeres sin mayor educación.
Es fundamental considerar que se tiene un alto porcentaje de reincidencia, cerca de un 50%, por lo que resulta de gran importancia implementar este tipo de instancias de reinserción social y alejarlas más de esta reincidencia.
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